Tras la huella de Braian Toledo

Nacionales

Desde la Revista del Atletismo Argentino le pedimos a los amigos, compañeros, entrenadores, periodistas y gente cercana a Braian Toledo en sus 26 años de vida que le realizaran un homenaje por escrito al cumplirse un año de su inesperada partida.

Por Luis Darío Pintos

Fotos: Oscar Muñoz Badilla y archivo.

La fatídica noche del miércoles 26 de febrero de 2020 una noticia sacudió al mundo del atletismo argentino e impactó en toda la sociedad. Braian Ezequiel Toledo falleció tras un accidente con su moto en su Marcos Paz natal.

Un año después de su repentina muerte, desde la Revista del Atletismo Argentino queremos homenajear al atleta. Con sus logros conseguidos desde su etapa juvenil pero también con los testimonios que demuestran la humildad y la grandeza que portaba junto con sus jabalinas en cada viaje y cada competencia.

Braian tuvo que sufrir mucho para poder salir adelante. Desde ese joven que vivía en una casilla y fue descubierto por Gustavo Osorio hasta llevarlo a destacarse a nivel internacional, al atleta profesional que vivía la mitad del año en Finlandia bajo las órdenes de Kari Ihalainen y que proyectaba llegar a su pico de rendimiento en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 o París 2024.

Cada uno desde el lugar que nos toca deberíamos trabajar en cómo hacemos para que sean cada vez menos los que tengan que pasar por lo que pasó Braian. Visibilizar las injusticias y luchar para cambiarlas debería ser su legado. Su inesperada muerte aun nos duele a todos.

 

GUSTAVO OSORIO

Braian llegó a la Escuela Municipal de Atletismo de Marcos Paz “CEFEMA” en 2003 siendo Pre-Infantil, donde pudo lograr un proceso educativo a lo largo de 13 años bajo mi conducción pedagógica hasta el 2016, teniendo en cuenta las edades cronológicas, biológicas y de entrenamientos. A posteriori pudo demostrar sus aprendizajes y la habilidad para lanzar en las grandes citas y escenarios de todos los eventos en los que se presentaba, manifestándose lo que había adquirido desde lo educativo como desde la formación motriz básica y especial, teniendo dos estímulos semanales de atletismo más dos estímulos de educación física en el establecimiento educativo escolar del nivel primario N°15 donde yo era su profesor, siempre en Marcos Paz. Ambas acciones se complementaron para su evolución logrando que sea más íntegro desde lo cognitivo y lo motriz.

Mientras estuvo a mi lado -como alumno y atleta- fue un gran compañero. Transparente, trabajador, sencillo, disciplinado, respetuoso. Perseguíamos grandes sueños. Juntos nos sentíamos dos en uno. Funcionábamos como equipo, con cero mezquindad. Nos apoyábamos y cuidábamos el uno al otro. Soñábamos siempre dejar a nuestro país en lo más alto del mundo, a través de nuestra jabalina y lanzar muy lejos.

Estoy muy orgulloso de lo que hicimos juntos en ese gran proceso educativo, donde encontramos la excelencia del éxito alimentado por el trabajo genuino, la pasión, la creatividad, la innovación, la empatía, los conocimientos y mucha, mucha, mucha perseverancia mutua. Conseguimos alcanzar los objetivos, supimos esperar, pero todo por medio del trabajo diario: semanas, meses y años. Nunca estábamos cansados de nada, de nada, de nada.

Gracias Braian por haber sido mi alumno, siempre te recordaré. Sos y serás alguien muy especial para mi familia y para mí. Hasta siempre. Estarás en nuestros corazones.

Gracias

Gustavo Osorio y familia

DANIEL SILVEYRA

“FUE UN CAMPEÓN DE LA VIDA”

A Braian tuve la suerte de conocerlo desde que era muy chiquito de edad, pero no de talento y de humildad. Y me acerqué a él y a Gustavo Osorio porque soy un apasionado de la jabalina y me inquietaba poder ayudarlo. 

Es así que recuerdo cuando a principios de 2009, con 15 años, Braian ya estaba clasificado para el Campeonato Mundial de Atletismo U18 de Bresanona (Italia). Unos meses antes a esa cita internacional, viajó a Santa Fe para participar en una competencia y él tenía una sola jabalina, que la había puesto a disposición del evento. 

Pero involuntariamente un atleta hizo un intento que aterrizó mal y se rompió el implemento de Braian. 

En ese momento me llamó desesperado su entrenador, Osorio, diciéndome: “Se nos rompió la única jabalina buena que teníamos y falta muy poco para el mundial, ¿qué podemos hacer?”. Bueno –atiné a decirle-, tranquilos, denme un rato y los llamo. Me puse a pensar y ahí empezamos a ver qué hacíamos. 

Braian lanzaba con jabalinas Nemeth, de fabricación húngara. Y recordé que el embajador de Hungría en Argentina era muy amigo mío, entonces le solicité si podía hacerme el favor de contactarse con la empresa para ver si podrían producirle un nuevo implemento. 

Las expectativas puestas en Braian eran enormes, por eso hacía falta contar con unas jabalinas nuevas. Es así que le facilitamos todos los requisitos técnicos al embajador y comenzó a tomar curso la gestión.

Al día siguiente mi amigo el diplomático me llama y me dice: “Tengo buenas noticias… Nemeth va hacer las jabalinas a medida para Braian, va a ser un modelo nuevo, va a llevar unos días adecuarla, pero rápidamente las van a hacer. Es un regalo de la embajada y de la marca para Braian”. 

La llegada del material se había demorado un poco más de lo que nos habían prometido y Braian tuvo que viajar a Europa sin contar con las jabalinas. 

No obstante, ya encontrándose en la concentración argentina en la ciudad italiana, una mañana sorpresivamente lo llaman para que fuera a la recepción de su hotel y le dicen “llegó algo para vos”… 

Sí, finalmente le hicieron entrega de dos jabalinas especialmente diseñadas para él. 

Su asombro e incredulidad fue impresionante, tanto que le regaló una sonrisa gigante a todos sus compañeros que estaban junto a él. 

Llegó el día de la competencia mundialista y Braian atravesó los primeros cuatro intentos manteniéndose en el quinto lugar. No estaba mal, pero sabíamos que podía dar más. Previo al quinto lanzamiento, Osorio le pidió que se le acercara a su sector exclusivo para entrenadores, le sujetó el implemento y le dio una serie de conceptos tácticos. 

Luego del llamado del juez de la prueba, Braian emprendió su carrera por la corredera y con un gran movimiento la hizo volar a 73,74 metros que le valieron de la medalla de Bronce, que tuvo un mérito extra al haber competido contra chicos que eran mayores que él por uno o dos años más. 

Ahí fue cuando comenzó una nueva etapa en la vida de Braian, que en lo deportivo luego lo llevó a ganar los Juegos Olímpicos de la Juventud Singapur 2010, la medalla de Bronce en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011, la medalla de Oro del Iberoamericano 2012 y la de Plata del Mundial Junior de ese mismo año en Barcelona, además de sus participaciones olímpicas en Londres 2012 y en la final en Río de Janeiro 2016, entre tantos otros logros personales que consiguió, y que le permitieron conocer el mundo.  

Sin embargo, más allá de esta anécdota, de Braian mantengo el recuerdo latente de aquel día en que me lo crucé en la pista y lo conocí como persona. Conservo el afecto mutuo que nos teníamos y de quien quise como si fuera un hijo, a tal punto que me decía “Viejo”. Siempre fue un chico fabuloso, muy sencillo, muy humilde y todos esos atributos los mantuvo hasta el último día que estuvo entre nosotros. 

Realmente fue una persona fuera de serie. UN CAMPEÓN DE LA VIDA al que echaré de menos por siempre.

(*) Presidente de la Federación Atlética Metropolitana (FAM) y lanzador de jabalina master

EDUARDO BISCAYART

Braian Toledo ha sido una de las más importantes apariciones del atletismo argentino de este siglo. Aunque, lamentablemente, así como apareció se nos fue en un suspiro, dejándonos sin explicaciones ante tanto vacío.

El recuerdo que tengo de él es el mejor. El de un chico al que conocí en 2010-11, cuando ya tenía la mejor marca mundial con la jabalina de 700 gramos, y sentía el peso de llegar a ser lo que sus condiciones indicaban que debía ser: uno de los mejores del mundo.

Aquel Braian acababa de ser descubierto por Gustavo Osorio, que fue casi como un padre para él. Supe de sus anécdotas y de su carácter tímido y siempre respetuoso. Ambos fueron creciendo (Osorio y él), y cada noticia de superación era un rayo de luz para todos. 

Digo, con un cierto orgullo, que tuve la suerte de estar con Braian en varios momentos importantes de su carrera y de su vida (triunfos, récords, Juegos Olímpicos). También digo, con una cierta tristeza, que me hubiera gustado poder estar cerca suyo para tratar de evitar su absurda y temprana partida.

(*) Periodista. Colaborador de la Revista del Atletismo Argentino.

BETSABÉ PÁEZ

“Tener de hermanos a mis amigos y de amigos a mis hermanos” reza una frase que nos caracterizaba mucho. Se acerca el primer aniversario de su partida, pero para mí nunca murió. Forjamos juntos durante tantos años de amistad el significado de lo infinito. Y lo infinito nunca muere, solo cambia de estado. Los maestros nunca mueren, sus huellas nos acompañan para toda la eternidad y los corazones quedan pintados de experiencias, recuerdos, aprendizajes, risas, lágrimas.  

Braian es mi familia, nunca me voy a olvidar cuando así lo decidimos. Estábamos sentados en la terraza del hotel de Bressanone, Italia, en nuestro primer mundial de menores. Éramos tan pequeños y nos encontrábamos tan lejos de casa, estábamos llenos de miedos y nervios por lo que estábamos viviendo. Ese dia nos abrimos y nos contamos hasta las más grandes miserias de cada uno, fue como una completa entrega de confianza, después que cada uno terminó su historia nos tomamos de las manos y nos dijimos “a partir de ahora somos hermanos, nunca nos podemos separar”. Y así fue. Fuímos la contención el uno para el otro en cada viaje, en cada tristeza, en cada festejo, en cada consejo. 

Hay una historia que siempre nos encantaba compartir con quienes nos pedían anécdotas. Cuando fuímos a los Juegos Olímpicos de la Juventud, seguíamos siendo unos niños -a pesar de que teníamos más calle que un vagabundo y con mucho respeto al vagabundo- y llegamos a tan importante torneo con el tan famoso “PRECA” -como le decíamos nosotros- (el pre cagazo a competir). Esos nervios nos jugaron una mala pasada y nos enfermamos los dos juntos. Sí, así de loco, los dos a la vez volando de fiebre, dolor de cabeza y todo lo que se puedan imaginar cuando faltaban solo 2 días para competir. Braian fue a mi habitación, se acostó al lado mío, me agarró de la mano y con la cara de matado por lo enfermo que estaba me dijo: “de esta salimos juntos” y nos quedamos dormidos. Llegó el día de la clasificación, ambos estuvimos geniales y nos metimos a la final. Y de esa final no me olvido más. Yo digo en joda que fue culpa de Braian que ni me quedé con la medalla de bronce. Él, campeón olímpico recibiendo su medalla. Yo, con el reloj marcándome 30 segundos para realizar mi último intento que me colgaba el bronce, el himno nacional argentino sonando de fondo… y yo mirando el reloj y mirándolo a él. No puedo explicar las sensaciones del momento. Era admiración absoluta, el ejemplo vivo de que los sueños se cumplen, a pesar de las circunstancias en las que nos encontremos, solo es cuestión de valor y de quienes nos acompañen en ese camino. Y así fue que pasó mi tiempo y obviamente me dieron el salto como nulo. Pero jamás me voy a olvidar lo que significó ese momento, fue la verdadera alegría compartida, la más pura y genuina alegría de que el ser que tanto queres, está tocando el cielo con las manos. 

En fin, podría estar toda una vida contándoles historias de él, de sus ganas de trascender cualquier límite y del amor por acompañar a otros a cumplir sus sueños también. Siempre con una palabra justa, una mano, un abrazo. Tuve el placer enorme de que su último año lo pasamos más juntos que nunca. Brindando charlas motivacionales, cada uno con su historia de superación, siempre con el objetivo de sumar al deporte y hacer que crezca un poquito más. Aportando humildemente nuestras experiencias para quienes por momentos se sintieran abrumados y frustrados en el camino hacia sus metas, para que pudieran sentirse acompañados y contenidos.

Estoy agradecida de que Braian haya sido parte de mi camino. Aprendimos, nos hicimos fuertes, nos acompañamos y nos dimos lo mejor que pudimos hasta el final de sus días, de nuestros días juntos. Sé que él está bien, guiándonos a cada uno de nosotros en nuestros propósitos de vida, con esa sabiduría extraordinaria que siempre lo acompañó y también con sus señales locas…

Quiero cerrar agradeciendo desde lo más profundo de mi ser. Gracias al atletismo por las infinitas oportunidades que me dio, por darme una familia, por darme valores e ideales tan fuertes y sanos. Gracias por permitirme compartir 13 años de mi vida junto a Brai y junto a tantos hermosos seres humanos que han pasado a lo largo de todos estos años como atleta y me han marcado significativamente ♥️

GERMÁN CHIARAVIGLIO

Nos conocimos en 2010, en Formia, Italia, previo a su “explosión” como campeón olímpico de la juventud. Compartimos varios días en el centro de entrenamiento donde junto al ex lanzador de disco, Jorge Balliengo, intentamos acompañarlo para que pudiera sentirse cómodo estando tan lejos de su casa.

Recuerdo que le dimos algunos consejos, sobre todo anticipando que se le venían meses o años muy intensos, con logros y un reconocimiento que iba a llegar y que intentara aferrarse a sus seres queridos. También le decíamos que disfrute de todo ese proceso. Yo lo viví en carne propia y fue muy lindo, pero nada sencillo.

Braian siempre fue un chico muy atento, introvertido y muy disciplinado, pero escuchaba todos los consejos y de a poco empezó a soltarse y a formar una personalidad increíble. Junto a sus logros deportivos forjó una pasión por el atletismo, fue haciéndose muchos amigos y todo el mundo lo quería. Siempre muy solidario con los demás y siempre soñando con llegar más y más lejos. 

Tengo una anécdota junto a él que da fe de su responsabilidad. El día que compitió en la final de los Juegos Olímpicos de Río 2016, luego de ese día tan especial, salimos juntos a un bar a festejar porque a ambos nos había ido muy bien. Volvimos a la madrugada bajo una lluvia torrencial y él estaba preocupado porque a las 7 de la mañana tenía que estar en la otra punta de Río de Janeiro porque se había comprometido con periodistas para hacer notas. Obviamente lo frené, le dije que se fuera a descansar y lo ayudé a reprogramar las entrevistas. Era muy disciplinado.

Braian fue un gran amigo, un excelente atleta y una persona muy querida por todo el entorno del Atletismo. Los años que pude conocerlo tuve el placer de aprender que con mucha humildad se puede llegar hasta el infinito.

JORGE BALLIENGO

Qué duro tener que escribir esto. Braian llegó a la selección mayor cuando yo estaba considerando retirarme. Siempre tratamos de ayudarlo como a todos los que iban subiendo. Siempre me llamó la atención la tranquilidad que tenía, la confianza y el respeto hacia los mayores. La disciplina que tenía en los entrenamientos era mérito de Gustavo Osorio, quien también siempre fue muy respetuoso. Era un buen pibe. La última vez que hablé con él lo reté por haberse comprado una moto. Ya pasó tiempo y cada vez que veo una foto suya no lo puedo creer.

JENNIFER DAHLGREN

Brai: 

Hace casi un año que te fuiste y aun no caigo, no lo proceso, porque sigo sin querer hacerlo. Te pienso y se me llenan los ojos de lágrimas, te recuerdo y sonrío. Te fuiste muy pronto. No tengo más palabras hoy, todo me queda chico. 

Te extraño y siempre te voy a recordar con cariño. 

Te quiero mucho pajarito.

MAXIMILIANO DÍAZ

Conocí a Braian en el 2011, en un juego panamericano y nos hicimos grandes amigos. Al año siguiente, me acuerdo que vino a entrenar a Salta y automáticamente ya era amigo de mis amigos y mi vieja lo adoptó enseguida. Eso tenía Braian, le caía bien a todos. En los siguientes viajes junto con Agustín Carrera ya éramos los tres para todos lados. Sin pedirlo nos ubicaban a los tres en la misma habitación en cada competencia a la que íbamos y los retos también venían de a tres siempre jajaja. Solíamos hablar todos los días, para ver cómo nos iba en los entrenamientos, intercambiar ideas, planificar objetivos, futuros viajes… 

Lo primero de cada viaje era tomarnos un café y ponernos al día con todo. Disfrutábamos hablar de motos, qué rutas hacer y buscar fechas para organizar los viajes. Un gusto que compartimos los tres. De hecho, hace poco con Agustín nos encontramos en Córdoba e hicimos el viaje que teníamos planeado con él.

Se lo va a extrañar. Era un motivador de nacimiento, siempre sabía qué decirte cuando estabas a minutos de competir. Un lujo de persona. Espero que en alguna otra vida nos volvamos a juntar.

 

MARIANA BORELLI

¡Ya casi un año! Sigo sin creer que no está más. Duele y se lo va extrañar siempre.

Recuerdo que hace unos años en un Sudamericano Sub 23, en Montevideo, Uruguay, ambos competíamos el domingo. Bajé a desayunar y justo estaba sentado en una mesita chiquita, me senté y comenzamos a charlar. Me preguntó si disfrutaba estar en un torneo tan importante y le respondí que sí y me dijo “Yo también. Siempre quiero hacer esto”. Yo lo cargaba y le decía que se iba a casar con la jabalina porque siempre estaba hablando de lanzar.

Gracias a él siempre escuchábamos el himno en los estadios. Producía mucha admiración, no solo por lo talentoso, sino más que nada por ser tan buen compañero y tan buena persona (me cuesta mucho hablar en pasado de él).

La última vez que lo vi fue en Lima, Perú, en el Sudamericano del 2019 de Lima, Perú. Tomamos con mi hermana Flor y con él un café frente al mar, nos reímos y la pasamos tan bien.Nunca pensé que sería una despedida. Tengo los mejores recuerdos de él.

ROMINA GONZÁLEZ

Conocí a Braian a partir de una lesión en 2014. En realidad, ya conocía al deportista pero a partir de aquel evento fue donde conocí a la persona. Hasta ese momento, Braian estaba blindado por su entorno. Era muy difícil acercarse a conversar, saber un poco más de su recorrido, de su historia. Creo que las lesiones marcan hitos en las historias de los y las atletas y esa seguramente fue una.

Braian supo transformar su lesión en una oportunidad para analizar su realidad y seguir mejorando. Él no sabía de obstáculos en la vida, no se conformaba aún ganando. Siempre buscó superarse y no me refiero a lo estrictamente deportivo.

Tal vez esa fortaleza, esa virtud que pocos consiguen en la vida; la de ser coherente con sus objetivos y trabajar día a día para que ello suceda, nos fue exigiendo a todos y todas las que formamos parte de su equipo a crecer y ser mejores.

Me cuesta aún asumir que ya no está. A casi un año del accidente sigue presente en cada recuerdo. Compartimos desde aquel entonces muchas competencias, entrenamientos, viajes, amistad, chistes malos y otras lesiones.

Su partida marcó un hito, por lo inesperado y por el enorme futuro que se avecinaba. Agradezco haber compartido años de vida con Braian. Humilde como sus orígenes y gigante como todos sus logros. Que su legado nos permita seguir siendo mejores personas, imitemos su solidaridad y su grandeza. Seamos un poco más Braian Toledo, hasta que nos volvamos a encontrar con Jr allá alto en el infinito.

(*) Kinesióloga de la Confederación Argentina de Atletismo y del Comité Olímpico Argentino.

 

OSCAR MUÑOZ BADILLA

Mis primeras fotos de Braian fueron en el Sudamericano de Menores acá en Santiago de Chile, en el 2010. Se venía escuchando mucho su nombre por la medalla de bronce que había logrado en el Campeonato Mundial de Menores del 2009 en Italia. En ese campeonato, que para mí fue el primer evento internacional que cubrí oficialmente, pude conocer a este joven atleta, promesa y orgullo para Argentina. Me impresionó mucho el amor por su madre y sus orígenes. Recuerdo que llevaba una camiseta, debajo de la de competencia, con una frase dedicada a su mamá y su ciudad que mostró una vez que ganó el oro sudamericano. Me alegró mucho verlo celebrar ese nuevo triunfo junto a su entrenador, me dejaron ser parte de ese momento. 

Lo pude seguir viendo y retratando en varios eventos más como el sudamericano de mayores del 2011, los juegos odesur del 2014, los Panamericanos de 2015, los Juegos Olímpicos del 2016, el Sudamericano de 2018 y como embajador del COI en los Juegos Olímpicos de la Juventud de Buenos Aires 2018. Recuerdo su saludo amable siempre, su autoexigencia en cada torneo, acompañado siempre con un gran respeto al resto de los competidores incluso cuando no obtenía los resultados esperados. 

¡Espero sigas lanzando muy lejos la jabalina por siempre!

(*) Fotógrafo de la Federación Atlética de Chile.

 

PAULA PARETO 

De Braian podría decir miles de cosas lindas porque fue una de esas personas que de solo verla te das cuenta la bondad que llevan dentro. Fue ejemplo para muchos de que con esfuerzo, perseverancia y pasión por lo que se hace, todos los sueños son posibles. Ejemplo de buen compañero, buen hijo, buen hermano. Siempre dando una buena enseñanza de compañerismo y de dar hasta lo que no tenía. Para mí fue una gran tristeza que se haya ido tan joven pero siempre me quedará el recuerdo de ese chico con un alma pura, dotado deportivamente pero ante todo una excelente persona.

(*) Judoca olímpica. Continúa la obra solidaria de Braian Toledo en los comedores.