Lo mejor de Paris 2024

Por Edgardo Fontana
Fotos: Prensa ENARD

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Un siglo después de organizar por segunda vez los Juegos Olímpicos (los de Eric Liddell y Harold Abrahams, en cuya aventura olímpica se basó Carrozas de Fuego; los del saltador de largo William de Hart Hubbard, primer afroamericano con una medalla de oro y el fondista Paavo Nurmi, el finlandés volador) París 2024 figurará por derecho propio entre los mejores de la historia, provisto de su propia batería de gigantes del atletismo: Armand Duplantis, Sydney McLaughlin y una larga saga de campeones que provocaron desbordantes admiraciones en la capital francesa. Épicas batallas y múltiples emociones se vivieron en estos 10 días dentro del célebre recinto, donde el deporte rey se ajustó la corona y repartió medallas de todos los colores a 37 países. Estados Unidos arrasó, al lograr 14 medallas de oro, 11 de plata y 10 de bronce. Kenya lo escoltó con 4, 2 y 5; tercera quedó Canadá con tres oros, una de plata y una de bronce; cuarta Países Bajos (2,1 y 3) y quinta España (2, 1 y 1), en la mejor actuación de su historia en unos Juegos Olímpicos.

El análisis técnico del torneo, nos deja tres récords mundiales. El primero fue el de la posta mixta de Estados Unidos en las series semifinales, donde registraron un tiempo de 3:07.41, que no pudieron ratificar en la final, donde fueron superados por la cuarteta de Países Bajos. Luego se vivió la epopeya del hombre para el cual el cielo de París pareció no tener límites: el sueco Armand Duplantis, que logró por novena vez imponer un récord mundial en el salto con garrocha, esta vez con la varilla situada en los 6,25 metros. Mondo, como se lo conoce popularmente, se incluyó por derecho propio entre los héroes de esta cita bajo los cinco aros, donde tampoco puede faltar Sydney McLaughlin-Levrone, plusmarquista absoluta y para los Juegos en una sola carrera de los 400 metros con vallas, con el increíble tiempo de 50.35 segundos. Si alguien duda del extraordinario valor de su marca, recordemos que solo la holandesa Femke Bol -bronce nuevamente como en la capital japonesa- es la otra única corredora capaz de bajar de los 51 segundos, y que sin vallas no pasaron de 11 las corredoras que hicieron mejor tiempo en los Juegos de París. “Incroyable” (Increíble), se repetía en las tribunas del coloso de Saint Denis, en la periferia parisina, tras disfrutar del paso de la estadounidense de 25 años, que luego corrió el segundo tramo en el relevo 4×400 metros que estampó la segunda mejor marca histórica, apenas 10 centésimas del récord en poder de una cuarteta de la ex Unión Soviética desde Seúl 1988.

En el capítulo de las sorpresas situemos la corona y los récords olímpicos del discóbolo jamaiquino Roje Stona y el triunfo del relevo corto de Canadá capitaneado por Andre de Grasse, su segundo oro y séptima medalla bajo los cinco aros. Otros nombres y éxitos no tan sorprendentes merecen incluirse en este rápido recorrido: la confirmación de la dominicana Marileidy Paulino como la mejor en la vuelta a la pista, el oro y plata de la velocista santalucense Julien Alfred y los terceros cetros olímpicos de la mediofondista kenyana Kaith Kipyegon (1500) y la heptatlonista belga Nafissatou Thiam.

¿Decepciones? La pobre actuación de Jamaica en la velocidad y en las pruebas de relevos, situación similar a la acontecida con los mediofondistas y fondistas etíopes, y el casillero de medallas en blanco para los representantes cubanos, aunque nacidos en la isla caribeña si sumaron medallas para sus nuevos países.

LOS ARGENTINOS EN PARÍS

Los Juegos Olímpicos de París ya son historia y el atletismo argentino ofreció una muy buena performance a cargo del velocista Elián Larregina, con su clasificación a semifinales de 400 llanos y su marca de 45.02, una excelente actuación de las maratonistas Florencia Borelli y Daiana Ocampo, mientras que Belén Casetta (3.000 metros con obstáculos), Joaquín Gómez (martillo) y Nazareno Sasia (bala) quedaron en la fase de qually. Todos, en el marco de unos Juegos verdaderamente espectaculares por el nivel colectivo y por la evolución técnica general que se está dando en nuestro deporte.

El primer argentino en entrar en acción fue Joaquín Gómez quien, en su debut olímpico, registró una marca de 72,10 metros en su tercer y último intento de la fase clasificatoria de lanzamiento del martillo (había registrado un nulo en el arranque y 64,94 metros en el segundo). Gómez terminó 14° en su grupo (el B) y 23° en la general, donde participaron 32 lanzadores.

El segundo fue el entrerriano Nazareno Sasia, también debutante, que participó en la ronda clasificatoria del lanzamiento de bala. Sasia quedó en el puesto 23, sobre 31 participantes, con una marca de 19,33 metros, registrada en su primer intento. En el segundo hizo nulo y terminó su participación con un lanzamiento de 19,06 metros. La marca para clasificar era de 21,35 metros, que lograron solo seis atletas. Los restantes seis finalistas entraron con marcas superiores a los 20,81 metros.

La marplatense Belén Casetta finalizó en el puesto 34 de la general de las pruebas eliminatorias de los 3.000 metros con obstáculos y admitió: “entrené muy bien y no me salió”. Casetta fue undécima en la última serie clasificatoria con un tiempo de 9:34.78 y quedó 34 entre 36 participantes antes de asumir: “Venía con una expectativa muy alta, con el objetivo de llegar a la final, entrené muy bien y no me salió”. La campeona panamericana de Santiago de Chile, intentó mantenerse entre las 5 primeras durante la carrera pero el parcial de 3:03 en los primeros mil metros le costó después en la segunda parte de la prueba en la que de todas formas estuvo a la altura en su tercera participación olímpica tras Río 2016 (9:51.85) y Tokio 2020 (9:52.89).

Elián Gaspar Larregina jamás se olvidará del domingo 4 de agosto de 2024. Seguramente se habrá emocionado segundos antes de escuchar el tiro del comienzo de la cuarta serie de los 400 metros. En París, en el Stade de France, y gracias al nacido en Suipacha hace 24 años, Argentina volvió a tener un atleta en esta prueba -de las más complejas del atletismo- desde la participación de Gustavo Hernando Aguirre en Sidney 2000. Con su gorra azul oscuro bien apretada, el suipachense se ubicó en el carril número 3. Y tuvo un honor: en su misma serie corrió el estadounidense Quincy Hall, el número uno del mundo y que culminó primero. Fue bueno el arranque de Larregina, el único argentino en la historia en bajar la barrera de los 45 segundos (44.93 conseguidos en España este año). Pero ya en la mitad de su sprint se notó que bajó un poco la intensidad pensando en el Repechaje. Así, el bonaerense culminó último en su grupo con un tiempo de 47.80. En el repechaje clasificó a las semifinales al ganar su serie clasificatoria con un tiempo de 45.36 y en las semifinales concluyó con una positiva marca de 45.02, su segunda personal. Elián ocupó el 6° puesto de la segunda semifinal y el 17° entre 24 los semifinalistas. “Me voy muy contento por esta primera experiencia olímpica y por haber conseguido esta marca, aunque también me hubiera gustado bajar otra vez los 45. El primer día me sentía nervioso por todo el ambiente, pero después pude soltarme y ahora tenía más confianza, así se dio un buen resultado”, expresó Larregina.

La bonaerense Florencia Borelli y la metropolitana Daiana Ocampo, con el 21° y 41° puesto respectivamente del maratón, sobre un duro recorrido, coronaron sus excelentes campañas de las últimas temporadas. El maratón forma parte de la programación atlética de los Juegos desde 1984 (Los Ángeles) y los registros de Borelli (2:29:29) y Ocampo (2:32.02) son los mejores de las corredoras argentinas, pese a la dificultad del circuito y el clima. Ambas estuvieron dentro de los tiempos calculados. Borelli estuvo entre las mejores latinoamericanas y aventajó a destacadas maratonistas, incluyendo a la mexicana Citlali Moscote (27°), quien la había superado en los tramos finales del maratón de los Juegos Panamericanos de Santiago. Entre las sudamericanas la mejor fue la peruana Thalía Valdivia, 18° con 2:29:01, tres puestos por delante de Borelli. Hasta ahora, la mejor posición de una maratonista argentina en aquel historial corresponde a Griselda González, quien fue 19° con 2:35:12 en Atlanta 1996, aunque en circunstancias de circuito y competencia distintas.